En el Estado español no se desarrolló
la prensa hasta el siglo
XVIII. En esta época los periódicos eran muy caros y sólo
estaban al alcance de una minoría, ya que los editores
contaban únicamente con el producto de la venta. La publicidad
no se generalizó como medio de financiación hasta el siglo
XIX.
Se distinguían claramente dos tipos de publicaciones: la
prensa culta y la prensa popular. La primera, más minoritaria,
daba información política y militar. La prensa popular era la
que leía el pueblo. Un ejemplo de ella eran los almanaques,
libros pequeños con imágenes, que se repartían por los pueblos
y ciudades. |